Yasaka Jinja es el santuario protector del barrio de Gion, y parte de Higashiyama. Debido a eso, es conocido por muchos locales simplemente como «Gion San».
En él se celebran eventos muy importantes como el Festival de Gion (Gion Matsuri) en julio; o el fin de año, cuando miles de personas, incluso millones, se acercan al santuario a celebrar el hatsu-mode, el ritual de año nuevo. Durante estas celebraciones, las calles que dirigen al recinto, se llenan de puestos de comida ambulante y juegos, dotando a la zona de un ambiente muy animado y festivo.
Sus orígenes se remontan al año 656. En 965, el emperador Murakami ordenó a sus mensajeros ir a informar de los eventos principales al guardián kami de Japón; concediendo a Yasaka, junto con otros 15 santuarios, el soporte imperial. Más tarde, en 1871, se le asignó la categoría de kanpei-taisha; los santuarios que reciben protección del gobierno, y son comúnmente asociados con la família imperial. Éste rango se le dio a 67 santuarios de todo el país.
El Hanami
Por la parte trasera del recinto, se accede al parque Maruyama (Maruyama Koen). Lugar extremadamente popular para celebrar el Hanami. El evento donde los japoneses se reúnen con amigos y compañeros bajo los cerezos en flor para beber, comer, y celebrar la llegada de la primavera.
Celebraciones del Hanami en el Parque de Maruyama (via Instagram)
Celebración del Setsubun
Es también por estas fechas, cuando en Japón se celebra el Setsubun, concretamente el 3 de Febrero. Éste es un ritual de cambio de estación y se refiere sobretodo, al paso de invierno a primavera.
En éste dia, Maikos y Geishas (Geikos, como se las conoce en Kioto), se acercan al santuario y deleitan a los asistentes con sus danzas. También reparten unas bolsitas que contienen unos cuantos granos de soja. Éstas legumbres, se usan más tarde, cuando se lanzan a las puertas de las casas, o a algun familiar con máscara de demonio u ogro, gritando «¡Oni wa soto! Fuku wa uchi!», para ahuyentar los malos espíritus y atraer la buena suerte.
Si se aloja uno en los barrios antiguos de Kioto, durante el atardecer del 3 de Febrero, se pueden ver a los vecinos paseando por las calles, persiguiendo a un demonio y gritando esas palabras. Es una experiencia, sin duda, muy japonesa.